Cuando hablamos de probióticos rápidamente pensamos en sus beneficios para la flora intestinal, ya que eliminan las toxinas que penetran en el sistema digestivo y reducen la inflamación. Pero ¿y en la piel? Muchos estudios avalan los beneficios de estas bacterias buenas incluso en pieles con patologías como el acné, la psoriasis o la dermatitis atópica. Por ello cada vez existen más cosméticos que incluyen en su formulación fermento (no están vivos dentro del bote) de probióticos. El caso es que estos bichitos refuerzan nuestra barrera cutánea y esta es la base para evitar muchas alteraciones como la hiperfunción de la glándula sebácea, que a su vez es una de las causas de la rosácea por ejemplo. Al mismo tiempo reestablecen el microbioma cutáneo, evitando la inflamación y dificultando la ocupación de otros microorganismos dañinos. Su mayor efectividad en la piel se alcanza cuando facilitamos su penetración y los aplicamos varias veces al día, algo difícil si se trata de una crema. Por ello el formato ideal para beneficiarnos de este principio activo es sin duda una bruma que podemos reaplicar varias veces al día en el rostro y usarlo además como tónico mañana y noche. Nuestro preferida es Digital Mist porque además del Lactobacillus, incluye Algae Blue Light, una molécula extraída del alga espirulina con efecto reafirmante y antimanchas potenciado por la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos. No solo nos protege de la parte perjudicial de esta luz, sino que además la aprovechamos a nuestro favor. Además es 99,9% natural y no lleva perfume, su agradable aroma procede del aceite esencial de geranio.
En estas imágenes podemos ver la evolución de la mancha tratada con este principio activo al cabo de los 10 días:
Si nunca has utilizado esta bruma, te encantará por lo fácil de aplicar y también por sus rápidos beneficios. Calma la piel, ilumina, refuerza la barrera cutánea, fija el maquillaje y equilibra y resetea todos los tipos de pieles, incluso las más sensibles. Si a ello le sumamos que es súper agradable (refresca al instante) y el aroma del aceite esencial es maravilloso, el resultado es un cosmético de cabecera para tener siempre en la mesa de trabajo y pulverizarnos cuando llevemos varias horas frente al ordenador. 
