¿Qué tienen en común un cactus y una rosa? Pues además de tratarse de dos plantas muy distintas (obvio), de ellos se extraen dos principios activos de súper lujo que se utilizan en las formulaciones de la cosmética ecológica más efectiva. Eso sí, no sirve cualquiera, se trata de dos variedades muy concretas: el cactus Opuntia y la rosa damascena. ¿Y por qué son tan exclusivos? Por su difícil recolección y extracción.

En el caso del primero, al adaptarse a sobrevivir en las condiciones climatológicas más extremas, desarrolla grandes propiedades adaptogénicas para regenerar y proteger la piel. El aceite se extrae de las semillas de sus frutos y para conseguir un litro se necesitan prensar nada más y nada menos que ¡1000 kilos!. Por eso le llaman el “oro líquido” porque ejerce una potente acción antiedad, aporta luminosidad, alisa arrugas y calma las irritaciones. El aceite facial Midnight de Le Pure es el mejor ejemplo.

MIDNIGHT

Y para los amantes de las rosas, la Reina es la Damascena. Su recolección es muy complicada porque se tiene que hacer de madrugada y solo un mes al año, desde el 15 de mayo al 15 de junio. Un dato curioso: para conseguir 1 litro de aceite se necesita una tonelada de pétalos que puede costar hasta 6000 euros.

Calma las pieles más delicadas, evita la aparición de rojeces e irritaciones, actúa como astringente, reafirma y regenera. Puedes beneficiarte de sus propiedades con el tónico de Rosa Damascena de Sublime Oils que puedes usar como desmaquillante, limpiadora o tónico.

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