- Amarás la higiene facial sobre todas las cosas. Saltarse este paso es el mayor de los pecados porque sin limpieza no hay penetración de activos. Ya puedes usar el producto más maravilloso del mundo, que lo desperdiciarás si antes no has limpiado bien la piel.
- No tomarás en vano el ejercicio. Hay que entrenar pero no solo por nuestro aspecto físico, también por el estado de ánimo. Recuerda: nuestro bienestar mental comienza por nuestro bienestar físico. Y si encima lo acompañas con yoga o meditación, mucho mejor.
- Santificarás el momento de protegerte del sol. Pero también en invierno, por eso es importante escoger tratamientos de día antiedad que además cumplan esta función.
- Honrarás tu pelo. Evitando los productos llenos de química y apostando por la nutrición del cabello tanto por dentro como por fuera.
- No acabarás con tus pestañas. Porque no se trata solo de embellecerlas, sino también de tratarlas.
- Comerás de forma equilibrada. Somos lo que comemos, por eso es importante cuidar nuestro intestino evitando azúcar, harinas refinadas y alcohol. Y en ocasiones, ayudarnos de suplementación.
- No robarás las cremas a tus amigas ni a tu madre. Sobre todo porque lo ideal es que utilices productos que se adapten a tu tipo de piel. ¿O todavía no lo sabes? Pincha en la siguiente imagen y analiza tu piel:
- No mentirás. Sé sincera, a todas nos ha pasado… alguna vez has llegado a casa tarde y no te has desmaquillado. Por eso es importante tener una limpiadora que además te nutra al mismo tiempo. De esta manera, lo puedes hacer en tiempo récord Y ¡a la cama!
- No consentirás pensamientos tipo “ya me hidraté anoche”. Error. Si optas por las brumas que puedes aplicarte incluso encima del maquillaje, te asegurarás una hidratación 24H.
- Codiciarás tu crema de noche. Y es que está demostrado que la piel respira de madrugada, por lo que merece la pena escoger una que esté repleta de principios activos.
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