La fase limpieza es la más importante de nuestra rutina de belleza porque si la piel no está bien preparada, los productos que apliquemos a continuación no van a penetrar correctamente. Para conseguir una higiene óptima hay que evitar estos tres fallos:

 

  • Frotar mucho

Si frotamos demasiado en la fase limpieza, vamos a provocar inflamación que es uno de los peores aliados de nuestra piel.  Tampoco es conveniente utilizar exfoliantes agresivos, es preferible repetir este paso dos veces a la semana pero realizando un peeling suave.

 

  • Limpiarte la cara de pie.

La tensión de los brazos hace que los movimientos que hacemos sean más bruscos y rápidos. Precisamente porque no es una postura cómoda,  no le dedicamos el tiempo necesario a esta fase tan importante.  Lo ideal es que nos sentemos frente a un espejo y dedicar 5-10 minutos a limpiar la piel en profundidad.

 

  • Usar productos inadecuados

Es importante utilizar limpiadoras que no agredan la piel, a ser posible que sean lo más naturales posibles para no alterar la flora cutánea. Hay que evitar los jabones y apostar por las emulsiones que al mismo tiempo nutran en profundidad.

 

  • Olvidarnos del tónico

Tras la limpieza hay que tonificar para mejorar la hidratación y la absorción de los activos. Estas fórmulas además, mejoran el aspecto de los poros al equilibrar el manto ácido de la piel.

 

Aquí tienes nuestras limpiadoras preferidas:

Desmaquillante Rosa Damascena: ideal para pieles sensibles, deja la piel calmada y desprende un aroma delicioso

tonico damascena 100 ml

Digital Mist: puedes usarlo para retirar los restos o para tonificar, siempre ayudándote con un disco desmaquillante,

DIGITAL MIST 49 euros

Yellow Beldi Soap: para pieles normales y grasas, purifica y trata el acné.

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